Tiemblan tus ramas, caen tus hojas y el sol asoma. Brotan las hojas, nacen las flores y la sombra se posa a mis pies. Cae la llovizna que acaricia la tierra y la arena tiembla.
El verso sin prosa ni musa, camina perdido en el vacío. Sólo el aroma de las rosas en un canto de olor y color, danza con delicadeza sobre el poema.
Mi corazón late con fuerza impulsado por el yin, y el yang. El viento sopla, el ocaso asoma y en el pozo de la quietud, los pensamientos suben y bajan.
La musa asoma, la raíz crece con pasion y envuelve el entorno del fuego del amor. Los latidos saltan, las caricias gozan del amanecer y de pronto en el interior de la tierra una planta empieza a nacer.
©Nuria de Espinosa
https://escritoranuriadeespinosa.blogspot.com