Amarte hasta el olvido,
besarte hasta la muerte
y seguir queriendote
sin dudas, calmo y silente.
Recordarte en cada gesto,
romperme y deshacerme
en abrazos sin destino
de acero y luna ardiente.
Y volver siempre a tu lado
y entibiarte en sudor y fiebre,
cosechando mil suspiros
de tu boca que gime y muerde.