Garabatos interiores,
dibujos imperfectos del alma,
cadenas y ataduras profundas,
que precisan ser corregidas.
Dios es el maestro de la creación,
el modelo del artista perfecto,
que corrige las almas dispuestas,
con sus manos incansables de Alfarero.
Somos como frágiles frascos,
que necesitan del Alfarero Perfecto,
a veces optamos por alejarnos de la gracia,
y viajamos con la libertad hacia caminos inciertos.
Dominados por el pecado,
en las paredes del corazón,
se trazan los garabatos interiores,
reflejo de fragilidades y temores.
Garabatos interiores,
ejército de dolores ,
celda de pecados invasores,
rebeldía hacia el Eterno Creador.