alupego (Ángel L. Pérez)

TANTO SE ACERCÓ...

TANTO SE ACERCÓ...

Tanto se acercó a a la sombra,
que la sombra le sedujo.
Quiso salir, más no pudo,
porque en sombra se quedó.

Retratos de carnaval,
de carcajadas y risas.
Hundidas en un disfraz,
penas, amor y alegrías.
Mientras la sombra seguía,
la máscara de la vida.

Miradas entre las luces,
como átomos de brisa.
Confundidas con destellos,
de un corazón que palpita.
Así, llena de razones,
la mirada se hace nítida.

Senderos entre los sueños,
de escabrosas pesadillas,
donde tropiezan las almas,
cuando reposan dormidas.
vidas que así se derrumban,
caminando de puntillas.

Se alejó tanto del sol,
que le engulló el infinito.
Más cuando quiso volver,
era polvo del camino.
En una estrella fugaz,
dobló el mundo sin sentirlo,
pero, al querer regresar,
era un lucero sin brillo.

Ni tan lejos ni tan cerca.
Una flor en el camino,
de un aroma singular.
La sutil proximidad,
de quien ama lo sencillo.
Una caricia sin más,
zurcida con el cariño.

Relatos que se confunden,
con palabras lisonjeras.
Porque lastran sus maneras,
con ideas de dobladillo.
La liviana sensación,
que deja el beso sin brillo.
Un abrazo al corazón,
con brazos secos y fríos.

Tanto se acercó a la luz,
que su cuerpo se esfumó.
Quiso volver, más no pudo,
porque en luz se convirtió.
Va y viene como la luz,
cuando la sombra se va,
perdida en el contraluz.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
21/08/2019