Que no se callen los cielos
y que alumbren sus farolas,
esas estrellas divinas
con siluetas de personas,
y que entremezclen silencios
con esencias y con rosas,
en los mensajes sin nombre
de sus pupilas y sombras,
porque su dulce reclamo
en el labio que a la boca
le va dejando unos besos
de una forma misteriosa,
y así se forma la vida
y van surgiendo las gotas
de esa lluvia fina y mansa
que acariciando nos moja...
Que no se cansen los ojos
de buscar lo que les sobra,
a esos cielos tan distantes
por encima de las olas,
y que se embriaguen de pleno
del salitre y de las horas
que desgranan sus escamas
en resacas perezosas,
porque la vida transcurre
cada día y sin alfombras,
con oropeles y dudas
afectando a las personas,
y es aquí la poesía
la que vibra y da su nota,
penetrando por las venas
con sus versos como drogas...
\"...Que no se callen los labios
y susurren nuestras bocas,
ese nombre tan querido
y causante de esta trova...\"
Rafael Sánchez Ortega ©
15/08/19