Alan Montoya

Artículo viejo pero conciso

Perdí la iniciativa para invitarla a tomar un café, perdí la esperanza de volverla a buscar, perdí la noción del tiempo pasado. Pero lo más importante, perdí las ganas de celarla y hacerla mía en cada beso, el pedazo más roto y a la vez alarmante, es que al final no te perdí, tu me perdiste a mi.