Casi que somos tocayas,
Pero para tocarme
Te faltan agallas
Aunque te sobre tentativa.
Tus cuchillos de plástico
En nada lastiman,
Minúsculas habladurías
De una lengua corrosiva,
Que pronuncia otros nombres
Sin conocer el suyo.
Y para ella cualquier yuyo
Es planta sagrada.
Te felicitaría
Por los macabros garabatos,
Pero los monos tambien
Observan y replican
Y nadie los halaga
Ni los tilda de artistas.
Raspando sos mi tocaya
Pero quien se cree anfitrión
Cuando solo sigue un guión,
Quien carga de odio sus armas
Dirigidas a todos
Excepto a su agresor,
Carece de valor
Y no es de mi talla
Esta insulsa mantaraya.
Por un bajo caes tan bajo
Siguiendo el patrón
Una barata remuneración
Por proseguir tu negación
Por la vendimia de tu voz
Faltante de razón.
Es invalido tu parecer
Aunque el mar nos haga tocayas
La fosa abisal
No llegas a reconocer,
El conocimiento es poder
Y el análisis sin el saber
Es la corona de la estupidez.
Te veo como un tuerto
Arrancándose el ojo bueno
Para no observar
Que su jardín es un desierto,
Que la verdad no lo deje yerto
Construyendo castillos
Esquivos de lo cierto.
Los océanos nos tornan tocayas
No obstante el tuyo
Es un mar muerto
Que en fondo privado
Esto lo intuye,
Por eso prefieres matar a otros
Para que no te quiten el velo
Y te postre en eterno desvelo
El funeral de tus sueños
Complices de foráneas pesadillas.
Te extirpan las costillas
Para forjar una balsa
Que a ti no te salve
Y lo profugues en las orillas
Sin ser parte del escape.
Cuanto mas te lo aviso
Mas agudiza su acting
Por llevarme la contra
Te extiende la historia
Mas nada limpia
La impulcra memoria.
Y tu permites
Que contaminen las aguas,
En las que libre nadabas
Y ahora el juicio te enturbian.
Si pudieras distinguir
La distancia entre ser
Amada y abusada
Serias patrona de tus olas
Y digna de ser
Mi marina tocaya,
En vez de la cobaya
De un despreciable canalla.
Te faltan agallas
Para saltar la muralla
De tu invento complaciente
Del espejo que te miente
De la ficción viviente
Con la que vives y duermes.
Y te vuelve sirviente
Acallando tu grito de sirena
Perdiéndote por siempre en la arena
De alguna playa lejana
Estando la verdad tan cercana...
Una tocaya mía cavando
Cavando su propio agujero
Para que no le ausente
El suero de ilusiones
Que le sintetiza
Una vida de canciones
Que nunca la nombren
Inmersa y anclada
En el mar muerto.
No se me asemeja
Una tocaya terca
Que soslaya enfurecida
Lo que las certezas
Con tanta fuerza subrayan.
No te pases de la raya
Te sobran pretensiones
Que exceden tu audacia
Sigue buceando sin gracia
En las letanías
De tu océano mortecino.
Haciendo de tu ancla
Un altar
Del cristalino mar
Otro hediondo pantanal.
Ya no averigues
Donde residen las ondinas
Donde habita tu tocaya
Si no sabes con quien vives
Y en tu interior no indagas
Y tu misma la visión te ciegas
Por una realidad que te doblega.
Un homónimo así
Ni a los talones me llega
Una llaga en tu palabra
Por cada vez que parlas
Y no aciertas
Tan solo la franqueza duele
Por eso soy intocable
A tus intenciones crueles.
El mar muerto
Acumula sales mortales
Porque no tolera a los corales
No soporta a los que salen
Desea que todos mueran
En el intento de irse
Esas aguas se resisten
A admitir
Que son una gran tumba
Que respira
Como una tocaya mía...
JULIETA IALLORENZI
PATENTADO EN SADAIC Y DNDA
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS