Los malos Poetas ll
Soy poeta…
Breve, imperfecto cómo todos, desespero.
Me encapricho en creer que existe el tiempo.
Soy lo que siento, todo siento, y siento que muero.
Me relajo porque abatido acepto, que el sufrimiento es sólo el negativo de un orgasmo.
El poeta escribe sólo mientras espera.
Persigue la pregunta que es la vida pero no hay respuesta.
Porque la respuesta es siempre muerte.
Y entonces...el poeta espera.
Hay mucho dolor en la garganta.
Me tiemblan también las piernas.
Y sé así que voy a vomitar letras.
Las espinas que tengo en la tráquea clavadas son…
Una por tristeza y dos por alegría.
No lo sabes aún, pero un día me creerás…
Atesorar lágrimas o tardes, bienvenidas o despedidas…
Duele exactamente igual.
Toda la rasposa arena pasa por el mismo ducto metafísico y seminal.
Caminante de doce a seis sin pasar por el tres.
Caminante perpetuamente en reversa, buscando nada, muriendo al revés.
No hay temor a la culpa, pues del deseo es cadáver.
Nosotros, agrios, nos regresamos riendo…
Aceptando que en algún momento se nos hizo tarde.
Y ardemos los poetas malos en el fuego.
Crisol de carne, sacrificio que sacrificio se sabe.
Suicidio involuntario que se perpetúa una y otra vez.
Para seguir siendo, para renacer.
Por fin ciegos y mudos en el fuego…
Los poetas de verdad, para siempre arden.