Las montañas y los ríos. Que invitaban a la alegría. Que prolongaban la luz del día. Donde corríamos como críos. La casa vacía que tu llenas. La ventana abierta sin rejas. La vida sencilla sin quejas. La luz clara de las lunas plenas. El crisantemo y la sencilla margarita. El lejano oriente y el occidente. El territorio libre donde vive la gente. El jardín florido donde la mariposa habita. Suena la música inmortal de la guitarra. Suena la voz que se mantiene viva. Suena el canto del ruiseñor que me aviva. Suena en el silencio del campo, la cigarra