Jose Luis Posa Lozano

COMBATES AMAÑADOS

 

Ya no sé si soy clarividente

o un púgil sonado,

desde hace unos, años todo me resbala,

el mundo ya no va conmigo.

 

 Me miro al espejo

y veo a alguien a quien no identifico,

 mi mundo, mi entorno, me resulta extraño

 como si acabara de descubrirlo

 y hasta la gente que me rodea

 me resultan sombras  en los muros de la vida.


Cuando las piernas ya no te sostienen,

la mirada se nubla y el aire te achicharra

o te arrojas a la lona,

o sigues lanzando crochets al vacío,

 buscando al contrincante

que te ha robado el combate.

 

 El público abandona los palcos

y los jueces se reparten la carroña,

 pero yo sigo apaleando fantasmas,

 soñando con escuchar una campana

 que me libre de la pesadilla,

 pero el ballet macabro se hace eterno

 y acabo combatiendo contra mi propia sombra.


Estoy cansado de combates amañados,

 de jueces corruptos,

 de árbitros comparados,

,estoy agotado de servir de sparring,

 de poner la cara, de cruzar los guantes

mientras otros negocian con mi vida

y venden mi pellejo en los mercados.

 

 

 

 

 

Bajo del ring con aire victorioso,

y me dirijo triunfante a un vestuario

donde no espera nadie,

 y allí vomito mi fracaso en el retrete

y me ducho con salfumán ardiente

para limpiarme la piel de tanta mierda.


Mientras los buitres

pelean su carroña en los despachos,

las sirenas aúllan

conduciendo la muerte

 y los niños siguen naciendo

con fecha de caducidad. 

 


Salgo a la calle

y cruzo la avenida

sorteando los coches y los charcos.

Hace siglos que llueve chapapote,

pero me tumbo en un parterre

esperando un nuevo sol

que me caliente el alma

mientras las ratas olisquean excitadas

mis despojos

barruntando su presa.