no es bueno forzar a la inspiración.
mejor es que fluya libre, espontanea,
para que tu poema sea una joya de tu creación.
la inspiración llega sola, sin ayudas.
un instante, y parece que el corazón hablase
esos versos que nacen sin premura.
cuando la inspiración llega sola
pareciera que te cegara, y escribes
ese poema que queda grabado en la memoria.
ella te dicta versos simples, sin tanta complejidad
porque la poesía en si es simple
un canto que brota de tu alma como manantial.
la inspiración, eso si, no dura mucho;
pero lo suficiente para que te regale un poema
que quede plasmado en el sino del mundo.