Juegan las olas
con algas y resacas
un crudo baile.
En esta orgía
recuerdan a galernas
en otras danzas.
Danzas macabras
de tiempos ya pasados
con las traineras.
En las colinas,
testigos de esos actos,
las atalayas.
¡Cuántos peligros
previeron y avisaron
a los marinos!
Pero no siempre
llegaron sus mensajes,
y se perdieron.
Por eso ahora,
de nuevo se recuerdan,
esos sucesos.
Noches de llanto,
de rezos y suspiros
en tantos puertos.
Y con el tiempo
el negro de las ropas
en las mujeres.
Madres, esposas,
unidas sin remedio,
por las galernas.
Rafael Sánchez Ortega ©
20/08/19