Moiséss

En la platanera

Por tanto decreto, han de mirar al viento,

Confundan sus coplas, redondas sollozan.

Aclaman, exhalan, pero la jalan.

Más que un papel, más que babuino,

A quien resulta divertido, el mérito mezquino.

De holgazán, de corta galletas,

La mezquita esta abierta, traigan a roma.

Denle sancocho y cómanle el...

Ocho moribundos, tal vez miles.

En astillero regateado... no le mires el pescado.

Ya que andamos en aguas.

 

Viejo del caballo, con tu sombrero de anciano,

Será ese tu nombre, el pelicambio.

O solo vocifero, al vociferador,

El que le vocifere, buena voz ha de tener.

Pelicano escuálido, mono culiao,

A esos ufos, que les guarden gasolina.

Se presumen imperfumados,

Y yo al-dolorido.

Poco lo he dicho, poco lo he meado,

Ganado es ganado, aunque halla ganado.

 

Infulados fulanos, no nos enfrasquemos,

Aquí todos somos, los que la sorbemos.

Con su sabor lacteosos, requesón oleoso,

Su pinta estrecha, es su cara treta.

Que buena bonanza, la aventuranza.

 

Que no traiga maleficio, no más que el orificio,

Donde escapan los sueños y entran los dichos.

Por obra y gracia del espíritu santo,

No proteja a todos su manto, ese que no hede a pedo.

Y más bien nos compre patas, una sopa y patatas.

Con lo que nos respetemos, si somos anticuarios.

Qué no sé que nadie sabe eso,

Pero tampoco sé que sé qué es eso,

Solo sé que si sé lo que sé,

Sé que no sé, lo no sé, qué sé que sé.

O mejor dicho, no peleemos.