Desde pequeña te admiro, silvestre, salvaje, bonita…
Apropiarme de tu hermosura fue mi sueño inalcanzable
siempre lejana, distante, siempre tan altanera, radiante,
majestuosamente altiva.
Hasta que puedo asumir…Que había algo de envidia.
te escondías en el monte ,te trepabas a los árboles
bellamente inalcanzable ,admirarte desde lejos
era todo cuanto podía.
Crecí y te vi más bella, quise que fueras mía.
Llevarte en mis cabellos negros, lucir tu hermosura
tenerte en mi casa fue mi obsesión de niña,
teñir las paredes con tus matices lila..
Pero te mostrabas siempre esquiva ,en lo alto, huidiza.
¡al fin me diste el gusto! En mi patio germinó tu semilla,
sos enorme enredadera con flores liliáceas y blanquecinas,
trepando intrépida por el tejido, como con una sonrisa.
Por las mañanas me hacen un guiño, con picardía
respondo al guiño con una enorme alegría
mientras miro al cielo y al universo agradezco
que me haya traído un pedacito de monte
para que me diga ¡ buen día!