ENAMORÁNDOME DE TI
Y entonces sin pensarlo,
Me encontré con tus ojos grandes,
Brillantes, y tan claros como el cielo;
Esos ojos me embrujaron,
Mi alma se quedó paralizada en tu mirada,
Y no supe más de mí,
Solo sé que, a partir de aquel día,
Veo en ellos mi horizonte,
Y tus manos enredadas en las mías
Me ofrecen la seguridad que necesitaba;
Caminando de tu mano,
La tierra se gira en torno nuestro,
Y el sol se abre más claro
Donde culminan nuestros encuentros;
Ha llegado la aurora,
Para un adiós que parece eterno,
Hasta que vuelve el sol a caer en maravillosos colores,
Desde el rojo intenso hasta el dorado,
Que broncea tu rostro,
Convirtiéndolo en la mejor de mis visiones,
Mis retinas se encantan cuando te veo y tu sonrisa
Parece la fuente donde brota
La más blanca y perfecta de las cascadas,
Tu risa cristalina asemeja el caer del agua,
Y mi corazón vuelve a latir con fuerza
Porque de nuevo es la hora de nuestro encuentro.
DOMOTA