Jorge Horacio Richino

¡TE QUIERO!... ¡QUÍEREME!

 

 

Te quiero invariablemente,

llevo tu amor en el alma

y me abrazo a la nostalgia

de poder tenerte siempre.

 

Tu vida es mi beneficio

pues sin ti no soy feliz;

eres mi tronco y raíz,

mi luz y todo mi juicio.

 

Como brillante lucero

a mi vida la iluminas,

cual estrella peregrina

que cumple su derrotero.

 

Eres la paz y los sueños

y el amor que va prendido

a mi pecho adolorido

si no se siente tu dueño.

 

Mi noble sombra vital,

fuente que mi sed apaga

cuando mis fuerzas acaban

o me entristece algún mal.

 

Eres mi carta cabal,

mi talismán de la suerte,

por eso te quiero a muerte

... mi dulce estrella final.

 

 

 

Jorge Horacio Richino

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