Tenía unas ancias locas, de esa
hermosura que pasaba todos los
días,que aun no me mirara o
respondiera el saludo, y lo hacía tan
Seria y me llenaba de pena al ver
su orgullo. En las noches pensaba:
como podía hacer para tener su
alegría?, me desperté muy temprano,
caía una suave brisa, le di los buenos
dias y le ofrecí mi paragua, me miró
y con su sonrisa me dijo que sí lo
quería, de pronto le dije: esperame
un momento y se lo presto, ella
se asombró en mi casucha sonriente,
mas tarde se lo devuelvo, me quedé
felíz, ahora somos buenos amigos
con derecho, que disfrutamos
nuestro plato favorito, y mi alcoba
es testigos de lo bonito, y somos
felices porque de vez en cuando
lo hacemos. Qué amor que
Nos tenemos los dos!! .