Elisa es

Una gran mujer

Si te dijera que no hay voces golpeando las paredes, tendría que decirte que me he mudado de cuerpo, no me creerías. 

¿Pero me creerías si te dijera que lo siento mucho? Que me duele haberte roto  y que ojalá pudieras ver detrás de estas paredes. 

Si te dijera que no hay silencios que atan mi paz, 

entonces estaría siendo ridículamente optimista y tampoco me creerías. 

Y si pudiera decirte que no hay razones para llorar, lloraríamos de felicidad entonces, eso estaría bien. 

Pero si te mintiera ahora, y negara mi pasado, entonces también negaría lo que soy ahora, y ser una mentira no es lo que quiero ser. 

La verdad es que estoy llena de verdades, abro los ojos y cuento al mundo una o dos, lanzo un suspiro y no quedan dudas de lo que soy. 

Todo lo que ves en mi, todo lo que de mi tendrás, es eso y nada más. 

Si te dijera que el mar no enloquece, el cielo no se oscurece y las biestas no me miran como si quisieran arrancarme la piel en un segundo, estaría fingiendo una sonrisa que me dejaría al descubierto. 

Absorta en esas voces soy mi realidad, pero, no te preocupes, yo sé nadar entre el caos, soy una gran mujer, si. 

Si te dijera que hay días en los que puedo mover mis brazos entre la sal y elevar el ritmo, te divertirías al verme oscilar. 

Sabes que una guitarra suena y de inmediato comienzo a vibrar, y todas las voces, y todas las bestias y todo el pasado, y los gritos desaparecen. Sabes que soy una gran mujer, si, lo sabes. 

Si te dijera que saludo al día todos los días, aunque haya una tormenta ¿ me creerías? 

Una gran mujer siempre sabrá como salir a la superficie. Si, lo sé.