Hoy mi rubia montañera;
Doy gracias a la vida, por haberte puesto en mi camino. Has endulzado con tu presencia, este duro verano.
Puede que tu vida y mi vida, no tengan en común más que eso, ser dos vidas.
Tan dispares. Como que mejor parar y dejarlo cómo hasta ahora, en este punto. Así compartiremos, sólo bueno.
La montaña es demasiado alta, y yo me muevo con poca garra.
Ya me da pereza, conocer a más personas.
Pienso, que en este momento de mi vida. Es para mí mejor, caminar por lo llano.
Nunca olvidaré, los días felices en tú grata compañía. En este verano del 2019.
El paso del tiempo y la vida nos contarán, sobre la marcha. Lo que de verdad, vayamos necesitando.
Nos presentó, la casualidad.
Dejemos pues;
Fluir el cariño y que sea el tiempo quien nos vaya guiando.