No soy quien para exigirte a mi lado,
Pero por un instante se que hemos acordado,
No dejarnos sin un fin.
Se que no cargo tu voluntad,
Pero no es que te quiera atar,
Solo que tú piel otros datos de ti proclama.
Tus ojos han sido siempre verdad,
Y se que en cuanto vengas
No habrá un donde si no un estás.
Que ha de ser tan confuso
Que te hace de mi, más atención que tu escote.
Nada ha de ser tan honrado,
Como aquellas dulces noches.
¡Que afortunada es la noche!
Te ve toda inocente, mientras no respondes.
Te observa el cielo,
Cuando sueñas, lo que solamente tú conoces.
Hoy te escribo otro poema,
Aunque se que esto a nada responde.
Si algún día me hicieras preguntas,
Todas en su totalidad, llevarían tu nombre.