Como exhalación de riña nada aguantable
las riquezas se me escurrieron de las manos;
a secas sentí indiferencia y dolencia de muelas,
también recorrió mi bilis una conmoción
que anhelaba quimeras en la punta de un lápiz
con el que yo había escrito años atrás 4 ó 5 ideales
de madera inagotable y disgustos entretenidos.
Como el que vive en derroteros sin norte
el apego se me escurrió del corazón
y las manos.