Puedo escuchar sus pasos,
¿y ustedes?,
son rumores oscuros,
voces que se esfuman,
miradas nocturnas,
un dolor que se apaga.
Mi piel se marchita,
demasiadas luces,
¿seguro que no escuchan?,
piensen bien,
no son perros, ni ratas,
son ellos,
gotas en mis brazos,
Dios, por qué no escuchan.