Despertar con ganas de no hacerlo,
No por la pereza, más bien es la impotencia,
De que sabes que nada saldrá bien,
Que sabes que todo saldrá como siempre,
Una y otra vez te lo repetís,
Pero tratas de ser fuerte y de sonreír,
No quieres que nadie se preocupe por ti;
Y así inicia el día,
No con lluvia en el exterior,
Pues las gotas se derraman es en tu cara,
Vas al baño y te lavas,
Tu sentido del vivir te hace añejo,
Y poco a poco te preparas,
Para romperle la cara,
Al extraño del espejo,
No sabes lo que hacer,
Si abrir la puerta o quedarte a responder,
Las preguntas de tu reflejo;
Cuando abres la puerta principal,
¿Para decirle al mundo “hola, como estas?\",
Para que te de una bofetada de depresión,
Y te devuelva a la realidad;
Cuando caminas por la acera,
Y no sabes hacia dónde vas,
Solo sigues caminando,
Esperando,
La calle cruzando,
Deseando,
Que algún carro se lleve tu supuesta realidad;
Sin ganas de vivir,
Las ganas se alejan de ti,
Por el otro carril;
Cuando la lluvia salpica en tu cara,
Y te da igual,
Pues esa sensación se te hace familiar,
Y empiezas a llorar;
Cuando al desayunar,
No le encuentras el gusto a nada,
Todo te sabe igual,
Y quieres parar,
Irte al baño a vomitar,
Y preguntarte
\"¿Que he hecho mal?\",
Ni si quiera yo lo sé,
Vivimos cada día mas robotizados,
Pues nuestras ganas de sentir,
Se van yendo a Plutón en un cohete;
Y la soledad me ha enseñado,
Que no confíes en nadie,
Que si te sientes mal rodeado,
De gente a quien no le importas es lo normal,
Pues no te interesa que nadie te empiece a amar,
Tu única meta es llegarte a suicidar,
Y
\"¿Que he hecho mal?\"