Un día como hoy,
Entre tiniebla y sol,
En medio de sonrisas
Y mucho dolor.
Con la luz encendida y el alma partida
Escribo lo versos que definen lo que siento.
Tengo lápiz y libreta,
Y como testigo a un sordo corazón.
Demando a ese hombre
Por robarme el sueño,
El pensamiento y más de un beso,
Por adueñarse de mi sentido
Y luego dejarme en el vacío.
Que ironía,
Añoro a quien hace trizas mi vida.
Espero con ansias aquella llamada que nunca recibí,
Esa carta que juró escribir…
Y con ello espero aquel abrazo y aquel sermón.
Espero sentir euforia al mirar sus ojos,
Al sentir sus brazos,
Al fundirme en sus labios.
Pasa tan lento el tiempo
Y sigo esperando borrar los recuerdos,
Olvidar tus versos
Y los taciturnos encuentros.
Se secan mis lágrimas,
Mi razón y mi corazón;
El amor que tengo nunca se esfumo,
Nunca dejare de esperarte,
Ni de esperar todo lo que tres.
Vuela,
Vuela como un ave
Y nos encontraremos en el alba,
Junto a la brisa y el mar.
Ahora la razón como juez definirá nuestro final
Para mi anhelado pero prohibido amor