Con la ternura de un beso
una mujer me ha hechizado,
de ese embrujo no he salido,
y ahora estoy enamorado.
Fascinado por su encanto
he mirado hacia su boca,
al acercarme a besarla
ella siempre me provoca.
Con una simple mirada
se adueña de mi presencia,
me deleita con sus ojos
y me enoja con su ausencia.
Es pasión la que yo siento
cuando la tengo a mi lado,
anhelo tenerla cerca
y estrecharla entre mis brazos.
La magia de esos momentos
no es comparable con nada,
vivimos en una nube
y con nosotros un hada.
J. Piñeiro