alupego (Ángel L. Pérez)

FORJADAS EN PURO ACERO

FORJADAS EN PURO ACERO

Se fue quedando en los ojos,
en las retinas prendidos,
como guirnaldas de flores,
como asombrosos luceros,
colgando del infinito.
Reflejando la conciencia,
con sus gritos y quejidos,
con destellos de inocencia
y de ira sacudidos.
Nacen junto a los reflejos,
como la rivera al río.
Se van llenando de lágrimas,
para entender lo vivido.

Bordó sobre el mismo verso,
encantadas filigranas,
para llamar al espíritu,
que entre zarzas deambulaba.
En la noche de los tiempos,
cuando era fiel la mirada,
se hacía patente la idea,
con valor se modelaba,
para enriquecer su esencia,
agrandando su prestancia.
No era volátil la ofensa,
ni etérea era la palabra.
Bordó las letras con sangre,
para que en sangre cuajaran.

Cruzó la inmensa planicie,
que en propia vida latía.
Y recorrió los orígenes,
de las fuentes que emergían.
Soñó mares de esperanzas
en un batel de armonía,
y sacudieron sus ganas,
las olas embravecidas.
Y en el centro de su alma,
donde la verdad habita,
se calmaron sus ardores,
como se apaga la vida.

Impertérrita la vida,
tozuda en su cerrazón,
rompe rocas y fronteras,
derriba templos y muros,
Abre camino en el fuego
y en los rescoldos se crea.
Quedó la pétrea mirada,
ausente en su condición,
las retinas hacia adentro,
para aspìrar el valor.
Las cuencas como las simas,
donde se acuna el dolor.
Y un rictus en las pestañas,
para centrar la emoción.

Jugando con la verdad,
vive sin pudor el necio
que entre tinieblas seduce
y en la luz ama el desprecio.
Ronda el cariño sin precio,
dando sin pedir a cambio
ni sacrificios ni obsequios.
En la atalaya del mundo,
observa el sabio el concierto
donde son aire las notas
y los cuerpos instrumentos.

Se fue quedando en los ojos,
la impronta de los recuerdos,
como verdades grabadas,
cinceladas con esmero.
Así, se queda el reflejo,
de amores y desencuentros.
en letras inalienables,
forjadas en puro acero.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
31/08/2019