Donde están las musas?
Pregunto e insisto desesperadamente
Mi súplica recorre los rincones,
asciende hasta el cielo raso,
se topa con las paredes
que repiten en un eco confundido
Han huido hacia otros lares?
Acaso se han perdido?
Y nadie me responde…
Tan sólo mi propia voz retumba.
Busco y busco…
y con asombro descubro
el bello rostro de Caliope
y la mirada amorosa de Erato
desde un rincón perdido.
Pero para mi desilusión,
Melpómene no canta,
Terpsícore no danza
Y Urania, allá en los cielos
me observa entristecida.
Amigas, no me dejen!
Les ruego enuncien algo!
Tal vez las he descuidado
cuando han visitado mi hogar.
Si es así, les suplico
disculpen mi torpeza
que ha sido sin querer.
Talía, haz que florezcan
de mi pluma los versos.
Polimnia, es tu inspiración divina
la que humildemente evoco
para crear tan sólo unas líneas
que expresen mi sentir profundo.
Ellas, las nueve musas
clamaron al unísono::
“Nosotras no podemos
brindarte lo que imploras,
si no es tu propia mente
que enuncie alguna idea
y luego esparza el polen por el aire”
Entonces, sólo entonces
comprendí que mi ansiedad
no brindaba luz en el turbio sendero
Y esbocé estos frágiles trazos…
hasta que pude ver el encanto de Euterpe
y la festividad de Clío me invadió.
Mientras… la música crecía
deleitando mi espíritu
y las musas danzaban la etérea melodía.
Lucy Shines
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