kavanarudén

Para siempre

 

Lento caminaba por la playa.

Admiraba aquel paisaje que desde niña conocía.

Cada etapa de su vida tiene un lugar en aquel paraje.

Las olas besaban sus pies desnudos, la brisa acariciaba su cansado cuerpo, el salitre besaba su piel de seda. 

La acompañaba su amiga inseparable, la soledad. Había aprendido a vivir con ella, ya no era un peso o su enemiga, sino su más fiel confidente. 

Su mirada se perdía en el horizonte inmenso mientras comenzaba a caer la tarde, su hora preferida. Se deleitaba mirando el sol desaparecer, parecía zambullirse en el mar. Los colores rojizos y naranjas eran sus preferidos. Verlos como se subseguían hasta dar paso a las sombras de la noche.

Una gaviota solitaria voló cerca de ella. Miró como se alejaba hasta desaparecer, despertó en ella tanta nostalgias por los días ya vividos. 

Los años pasan como arena entre tus dedos, los quiere retener, pero es imposible y en el fondo, tampoco lo desea.

Amó con todas sus fuerzas, se entregó y fue correspondida. La vida no le regaló el placer de ser madre, lo había asumido y se había consagrado a su amado. Juntos entretejieron sueños, bordaron ilusiones, hilaron anhelos.

Murió entre sus brazos después de una larga y penosa enfermedad. Se desgarraba por dentro al verlo consumirse lento, hubiera dado su vida por no verlo sufrir, por restituirle la salud. Cruel en ocasiones la vida que te arranca de cuajo lo más querido, amado. 

No puede dejar de preguntarse qué sentido tiene su vida en este momento. La vida continúa, continuará también, con o sin su presencia.

Unas cuantas lágrimas surcan su tez de porcelana, se desahoga dando rienda suelta a su dolor. No cualquier dolor, sino el dolor del alma. Dolor que solo lo puede entender y comprender quien lo padece. No desaparece, se aprende a vivir con él, mas no desaparece jamás.

La noche se hace presente, una noche clara de luna. Una estrella parece brillar más que todas las demás, ninguna duda surca su mente, es su amado que en la lejanía le hace compañía, ilumina su amargo vivir y sabe que pronto, muy pronto, con él se habrá de encontrar y esta vez será para siempre....para siempre.