Me decían los chicos de la escuela:
-Aprende la aritmética.
-David, estudia la aritmética...
-Tú no sabes aritmética. !Eres tonto!
Me gritaba mi padre diariamente:
-Estudia la aritmética,
!aprende la aritmética!...
Si no sabes la tabla de sumar,
no irás al cine el domingo,
ni al carrusel, ni al foot-ball...
Hay que saber que dos y dos son cuatro
para poder vivir.
Me rogaba mi madre, entristecida:
-Aprende la aritmética,
estudia la aritmética:
si no sabes restar y dividir
no tendrás un futuro,
ni dinero, ni casa, ni amigos, ni coche...
Y no aprendí las tablas de aritmética.
Ni he logrado el futuro, ni el coche, ni el amigo;
pero he tomado todos los dones de la Vida,
gozándolos intensa y plenamente.
David Ledesma Vásquez
(Ecuatoriano)