Labraba con el cincel
a golpes de mi martillo,
el rostro de aquella diosa
para que luzca con brillo.
Se cree que nació del mar,
cuando la sangre de Urano
se mezcló con esa espuma
en el profundo océano.
La imagen de la lujuria,
de la atracción y del sexo,
es Afrodita ese cuerpo,
la diosa del amor griego.
En traslúcido alabastro,
ese busto toma vida,
las manos del escultor
dejan la imagen pulida.
Un icono de erotismo
perdurará por los siglos,
recordando aquel amor
que hoy es el romanticismo.
J.Piñeiro