AMOR Y TIERRA
La Tierra abrió sus entrañas,
para mostrar su tragedia
y vomitó los agravios,
que se cebaban en ella.
La sangre inundó sus órganos,
hechos de pura materia
bañando su pétrea piel,
con el jugo de su esencia.
La tierra siembra el labriego,
con la fuerza de sus venas
perlada la frente al Sol,
cerviz doblada hacia ella.
Brotó el dolor en sus huesos,
sobre el terrón y la siembra
y se agrietaron las manos,
de pura carne y arena.
Temor que arraiga y sacude,
terror que mata y aquieta,
miedo que embriaga la vida,
para que se quede quieta.
Pánico que paraliza
las corrientes de la esencia
y va socavando el nervio,
hasta el hueso y las arterias.
Abrió los brazos la vida,
para que entren en ella,
cabriolas hace quien nace,
y quien muere hace piruetas.
Así la existencia baila,
en una danza frenética,
con las penas en el fondo
y la alegría a flor de tierra.
Garras de fuego temblando,
de ira brama y se queja.
Fauces hasta el cielo abiertas,
para poder defenderla.
Convulsiona así la Tierra,
por la repetida afrenta.
Como generosa madre,
aún así, da su riqueza.
Tierra que todo lo arropa,
con su versátil materia,
dando sus jugosos frutos,
generosamente atenta.
A toda vida alimenta
a toda criatura acoge.
Sus manos de fiel pureza,
igual que acarician, rompen.
Amor que tiembla y padece,
que vive, goza y se apena.
De miles de aristas hecho,
de mil matices que miman.
Amor que rompe los muros
y hace saltar las cadenas.
Amor que afronta la vida,
con el corazón a cuestas.
La Tierra se va achicando,
mientras la locura aumenta
y es tan grande su dolor,
que hasta su núcleo se agrieta.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
01/09/2019