Simplemente, pasó.
¿Por qué tuve que dejarlo pasar?
¿Por qué mi corazón
no deja de llorar?
¿Por qué tuve que nacer para amar?
Tú ya no estás aquí...
me dejaste como la primavera,
corazón de rubí.
Ya no seré lo que era
sin tu amor, sin tu sonrisa sincera.
Hasta la última flor
ya se marchitó esperando por ti,
por tu dulce calor.
Alma de carmesí,
espero estés mucho mejor sin mí.