Por qué he de cambiar, dijo la Montaña a la Vida
ella le respondió, no te preocupes
solo seré brisa y pasaré…
De esto fueron testigos
aves migrantes, en viaje de estación
y un potro blanco
como las nieves coronadas
en la Montaña.
No te irás Vida
yo seré la eternidad
y te respetarán.
Pero la Vida, en un remolino
levantó las crines del caballo
que en veloz carrera
cruzó la pradera
dejando la brisa
ascender a las alas
más allá de la montaña
a la tierra deseada
de las aves migrantes.