Señor,
no entiendo de rezos,
mis palabras son mi plegaria.
Señor,
mi vida casi se escapa por la ventana,
pero ha regresado,
mi corazón entusiasmado,
caliente y enamorado,
late entre mis manos,
como un regalo.
Señor,
me susurraste el infierno al oido,
con sonidos que se apagan a cada latido,
creo que no es demasiado tarde para la esperanza,
ya nada continuará igual.
Señor,
la vida hoy vuela y se muestra,
no se avergüenza.
Señor,
no se de oraciones,
solo versos, emociones.
Señor,
La vida ayer sangraba penas,
hoy corre por mis venas.
Señor,
la vida hoy huele a flor, con los ojos cerrados,
¿cuantos ojos son necesarios para ver la felicidad?
Señor,
los ojos ya no son los mismos
las noches sufren pero yo ya no sufro,
sonrío con los ojos bien abiertos,
nuevas lluvias, nuevos tiempos.