Del sueño placentero contigo
despierto y sin estar a tu lado
no te apartas de mí.
Distantes ni en pensamiento,
muy lejos de cualquier propósito
estamos en la encrucijada del amor,
en medio de su locura en timidez
y tan cercanos en el corazón.
Ya transcurre el día y pasan las horas,
la calma no es tu ausencia; si estás,
es tu imagen, mirada, sonrisa, voz,
y respiración que atrapan todo mi ser.
Llega la noche y con ella la nostalgia,
el recuento de lo vivido juntos
y el repaso de mágicas pasiones,
y me convenzo, una vez más,
de que no te has ido desde que llegaste.