Antes de conocerte,
hacerme el listo, tan solo era cuestión de pose,
leer dos libros, bajar la voz y asentir suavemente
repitiendo frases y sentencias ya probadas,
ahora, esa artimaña no puede ocultar de ningún modo
la mueca idiota disfrazada de sonrisa con la que mi rostro
responde trastabillando, cada mañana al llegar a la rutina, a ese saludo,
que en tu voz se hace verdad y así los días realmente son buenos.
Antes de conocerte,
ser buena persona, tolerante y amigable,
no era más que un insípido altruismo,
otra máscara aliada al esconder cada defecto,
los saldos de una infancia mal curada,
cada ruina de este otoño desleal que me consume.
Ahora, ser bueno es completamente indispensable,
si quiero aspirar a merecerme tus sonrisas.
Antes de conocerte,
escribir poesía fue tan solo
hilvanar palabras en frases bonitas y medir estrofas.
Ahora hay que abrirse el pecho sin dudar,
sacarme las entrañas, para rebuscar en esos huecos,
la esencia de mi verdadero amor y probar al intelecto,
ver si es capaz de hallar las imágenes, las palabras,
los conceptos que logren explicarte lo que siento por ti.
Antes de conocerte,
definir la belleza era simple;
hoy hasta el diccionario
me niega las palabras,
ninguno de sus términos
posee la dimensión exacta y necesaria
para que logre describirla,
al desamparo de tu voz y tu mirada…
Antes de conocerte,
ser feliz era posible gracias, tan solo, a la ignorancia,
no sabía de la felicidad que brinda escuchar tu risa,
aunque no sea para mí, ni remita a mis deseos.
Ahora por cuidar esa sonrisa, ofrezco mi voluntad
para que nunca falte el sitio, donde tú puedas escapar,
un mar, la playa, un bosque, un árbol o su sombra
donde tú, puedas dejar de pensar que hay tantas cosas por pensar.
Antes de conocerte,
no sabía que una boca pudiera ser besada
de tantos miles de maneras y al terminar,
todavía sentir ansias de otro beso,
tener ganas de inventar miles de besos más
y seguir besando eternamente o mientras quieras,
mientras no te canse mi sabor, mientras no se sacie tu sed
y a mi boca no le falle la imaginación y por supuesto, lo merezca.
Antes de conocerte,
amar no era más que unir pasiones y un par de cuerpos,
hoy lo complicaste todo, haciéndolo más sencillo
ya no se trata tan solo de hacerte el amor,
ahora, de cualquier forma, quiero intentar,
conseguir deshacerte el desamor,
que nada empañe tu hermosura
ni trastoque tu felicidad.
Antes de conocerte,
no sabía que era posible amar de esta manera,
ni siquiera sabía que pudiera sentir celos,
celos de quien tiene la suerte de contemplar tu desnudez,
celos de quien tiene la suerte de tocar tu piel,
celos de quien tiene la suerte de besar tu boca
y una envidia inmensa de aquel que tuvo la suerte
de darte el regalo de la maternidad.
Antes de conocerte
nunca tuve un desacuerdo
con mi soledad…