¡Grito que emanó de sangre!
sangre de una rosa herida,
Vuelo de gorrión sin vida,
Vida que parece simple.
Simple el sentimiento
de la fruta mórbida,
Agua que destila en fuego,
Clímax que me inspira al ruego,
Cumbre a la que casi llego
Chispa que transita aprisa,
Para dibujar sonrisas
De polvo y ceniza,
Para suavizar la pena
Ser barro y no arena,
Fértil campo de batalla en siega,
para recoger coronas, abrazar victorias,
¡Esperad porque ya llegan!
Resbalan las sombras que abaten guerreros,
Extienden sus dedos mugrosos y fieros,
Intentando en fuerza, absorber lo nuevo,
lo claro y lo fresco…
Reniegan justicia, evocan lo recto,
Razonan sin miedo destronar al ciego,
preparan la lápida,
desatan encierro.
La víctima inerte espera en silencio,
y al percibir la ruta de la saeta en vuelo,
aparta su pecho del mortal veneno, y
su diestra levanta para seguir su ruego
¡Oh mártir de sueños!
Valiente que subsistes entre las brumas de siempre,
No te morderá el áspid, ni te inmolará la lanza,
Los estigmas de tu alma te conducirán al cielo.