¡Que será si un día no me encuentras triste
y mudo de congoja!
¡Que será si mis pasos inventan un atajo
para evitar tus huellas!
Habrás de morder tus puñales
en un canto de amargura de tu voz ahogada,
muros de silencio habrán de desairarte
y no encontrarás a nadie
mas que una lúgubre flor de camposanto
¡Que será si un día al mirarte no evoque a nadie!
¡Que será si la alegría me inundara
a través de mi ventana, en tu ausencia!
Tristes tardes pesaran en tu espinoso corazón.
¡Ah mujer!
La noche será una costra que por ti subsista,
sufrirás el crudísimo desdén de tu suerte abandonada
y no estaré allí
y sola estarás en tu martirio inevitable.
¡Que dirás si un día al volver descubrieras
ruinas y cenizas donde hubo dulce aurora!
¡Que será si un día llegaras endulzada de dolor
para hacer florecer mi corazón,
y solo hallaras a la maligna soledad!
Al llorar la negra amargura de una mañana fría
sabrás que mi alma ya no existe.
Nada, no habrá nada
¡Ni siquiera un reproche!
¡La ausencia será una fuga dispersa en tu mirada!