Este insomnio va creando una locura de pensamientos,
soy culpable quizás, no se de amarte en silencio,
culpable de no encontrar las formas de entender tus simples miedos,
de acompañarte en tus tristezas, de ser tu escudo y tu fortaleza,
quizás si muy culpable por la falta de criterio.
Y es que esta soledad absurda,
que hoy me rodea en este triste cuarto,
donde tantas noches juramos amor eterno,
dos maneras de coexistir y así nos amabámos.
Culpable de las mentiras y omisiones de mis culpas,
desgarrando en mis adentrós,
del que hubiera sido ¿si?,
alimento mi enorme ego acusando algún desgaste
insensato de la culpa, rasgando mis vestimentas
hoy llorando por tu ausencia.
Amor culpable y traicionero,
que arrebatas cuanto quiero y deseo,
pues olvidarte nunca amor mío,
hoy acudo a mis memorias,
para plasmar las sonrisas,
de aquellos dias que vivíamos un idilio, una fantasía,
y el sosiego vuelve a mi por un instante.
Culpable destino infame,
que me enseñas de la forma mas cruel y visceral,
que la vida asesina sentimientos, pensamientos
que arrugan el corazón.
Estas venas en las cuencas de mis ojos,
de desvelo de pensarte,
del presentimiento de tu olvido,
van desvaneciendo en mi,
y forman una pálida figura de hombre,
culpable de amarte de mal manera,
y quien enseño una forma de amar,
quizás idealizaste un hombre perfecto,
ese hombre no soy yo,
entonces si culpable soy señor.