Ya se van acortando las tardes
ya se van muriendo los días
suenan melodías en el aire
de un piano en la lejanía
ya se acerca el otoño
lleno de melancolía
se van desnudando los árboles
las noches van siendo frías
ya la abuela atiza el brasero
ya se ha puesto la manga larga
rebusca el gorro el abuelo
y rebúzna el burro en la cuadra
el cielo se viste de gris
son frías también las mañanas
el gañan saca las ovejas
que salen de mala gana
hay un camino de robles
que se visten de plata
ya no canta el grillo
ni la rana en la charca
como vienen los remolinos
que van arrastrando la paja
tiene fiebre hasta el camino
que lleva hasta la casa
son grises los parques
sembrados de hojas blancas
palabras que pasan tiritándo
cuando se enfría el alma
el corazón lleno
de tiernas nostalgias
pasean por la acequia
barquitos de finas árgas
el horizonte con luces cristalinas
parece bajar la mirada
yo me siento bajo la encina
para contemplar tu cara
el labrador abre ya la tierra
que suspira enamorada
soñando con las espigas
que va encerrando su alma
la alondra alza el vuelo
del barbecho que se calla
en el siléncio se escuchan
sabores de tierra mojada
a lo lejos los cencerros
parecen mirar al alba
y acostado el perro viejo
pide al cielo que el sol salga
todo es un espejo
donde se miran las miradas
el tocino se vuelve añejo
hay que ver como el tiempo pasa
se ven los olivos azules
chorreándo gotas de agua
barro rojo en los caminos
se cambian por botas las sandalias
las encinas soñolientas
dejan dormir sus ramas
y en lo alto los pináres
se visten con su pijama
color plomizo con colores de esperanza
el color de los poetas
que quieren abrasar el alma
mientras suspira con un beso
el corazón en un rincón de la estancia
sentado en una mesa
la pluma y el tintero se abrazan
en un abrazo eterno
huméa el café en su taza
hasta el aliento no tiene prisa
cuando la brisa lo alcanza
yo miro el paisaje
y la nostalgia me embárga
de aquellas notas tan triste
que salían de una guitarra
en el calor de la lumbre
como va viniendo el otoño
y el invierno casi lo alcanza
suspira el corazón en el pecho
y se hace un nudo en la garganta
transidas y cansadas las palabras
en nostálgicos momentos
de hojas grises y caídas
se le hace al corazón un monumento
canta y ríe el viento en la alameda
apagando el vil siléncio
yo me duermo pensando
como se va pasando el tiempo
porque ya se van acortando las tardes
ya se van muriendo los días
suenan melodías en el aire
y pienso como se pasa la vida...
Somos hojas secas en el viento...