Cae el opaco ocaso.
Es la hora de la angustia
y de los recuerdos
que se desvanecen
con el día....
Las luces se tornan vagas.
Los portones de madera añeja
se cierran obsoletos...
Simulacros de espejos
de cristales rotos,
se apegan a mi alma
irreverentes...
Son los Símbolos
que lentamente se pierden
en místicos ecos...
que sueñan con el Final
y la misteriosa,
herrada y oxidada
Muerte,
que en lluvia voraz,
te espera.
(y no esquiva).
Patricia Aznar Laffont