Atenea Heredia

En busca del sentido de lo absurdo.

Mi querido amigo Roberto,

Quien hubiese querido hacerte daño,

Te hubiera matado hace años.

Pero no basta con ser malo,

Las astucias seleccionan muy bien sus presas,

¡Hay que ser bien cobarde para no darse cuenta!

Que vistes el miedo, 

Para no arrancarte la cabeza.

 

Crees que te salvas, 

Más solo te hundes aún más la pena.

Es como si solo almacenas pedazos de rencor,

Te comes el odio para no partir en dos la razón.

Y la elocuencia no basta,

Te hace atado, y te pierde,

Eres a todo esto, todo lo que mientes.

 

Trémulo té paseas por las pistas del existir...

Existes solamente, 

Porque dudo que a eso se le llame vivir.

Te admiro por consentir, 

Una desventura bastante adulta,

Sin perjuicio, en cambio,

Espero que después de todo, te pudras.