Ya refrescan las mañanas,
va floreciendo el madroño,
cambia el color de las hojas,
ya se aproxima el otoño.
El paisaje natural
cambia de verde a amarillo,
el viento sopla con fuerza
y va perdiendo su brillo.
Veremos caer las hojas,
perder la sombra el camino,
se hará más dura la ruta
hasta llegar al destino.
Si bella es la primavera,
no lo es menos el otoño,
la montaña y sus colores
donde brota ese retoño.
Respiro melancolía
paseando por el campo,
un bucólico recuerdo
al ir perdiendo su encanto.
J. Piñeiro