La intención es quererte así,
sin agendar ni besos ni caricias,
quererte, por todo lo que das,
sin saber siquiera que era tuyo.
Y de ser posible devolverte, a golpe de sonrisas,
algo más que un diezmo, por tu júbilo y bondad.
La idea es pasar contigo
los mejores días de mi vida,
pasar del tedio y de la soledad,
quererte así, sin límite ni condición.
Y saber siempre que voy en dirección correcta,
mientras me guías con tus manos.
La táctica es, que tú seas feliz,
cuidar de tu alegría, de tus risas,
que nada empañe tu hermosura,
que nada falte o sobre para tu felicidad.
Y cuidar que siempre exista un sitio
donde te puedas escapar y olvidarte de todo lo demás.
El proyecto es construirte un mundo nuevo,
ir sembrando de versos tus caminos,
escribirte flores y paisajes por todos tus confines,
pintarte un destino lleno de luz, lleno de amor.
Y de ser posible y te complace,
cruzar todas las metas a tu lado.
La estrategia es ir tejiendo entre tus manos y las mías,
ese manto de estrellas que constelan tus lunares,
unir tu trama con mi urdimbre, enlazando nuestras vidas,
trenzar mi pelo en tu cabello, mezclando nuestros sueños.
Y tener siempre dispuestas las legiones,
a dar pelea, cuando así lo necesites.
El plan es amarte, al menos,
por el resto de mi vida,
vivirte por el resto de mi amor,
y cuando llegue el día, morir amándote.
Y de ser posible, si encuentro el modo,
amarte más allá de la muerte…