Llega la noche,
puedo sentir esa quietud,
ese ruido extraño,
como pasos de insectos,
o el rencor de la luna,
demasiado silencio,
se abre la puerta,
nunca lo imaginé así,
estoy aterrado.
Dos luces en el rincón,
palabras ausentes,
la mente perdida,
sin recuerdos,
con la amargura en la piel,
el temblor de siempre,
tiene que ser la vieja,
la que se ahorcó...,
sí, es la misma mirada.