Quítame el cielo,
la luna y las estrellas.
Quítame el mar,
las olas y tus huellas.
Quítame el aliento,
la flor y tu belleza.
Quítame el viento,
las nubes y la tierra.
Pero déjame el recuerdo,
de mil horas inquietas.
De tus besos y suspiros
y tu piel mojada en perlas.