Vistes de gris
y muestras a tus nubes
amenazantes.
A ti te mando
sin ira mis palabras,
ceñudo cielo.
Sé que la lluvia
vendrá en algún instante
tras la tormenta.
Un traje verde
te espera sobre el agua
y en altamar.
Traje de luces
con jirones azules
y blanco de olas.
El amarillo
se queda por la playa
en sus arenas.
Yo quiero el rojo
de tardes y de oestes
con la galerna.
Su gran pasión
me llena y estremece
sin darme cuenta.
Esa pasión
me dice que estoy vivo
con sus latidos.
Rafael Sánchez Ortega ©
29/08/19