kavanarudén

Eterna ausencia

 

En mi sentir profundo habitas.

En un rincón de mi corazón has hecho tu refugio.

A ti acudo cuando las noches se hacen eternas, los días grises o la vida cuesta arriba.

Cuando menos lo pienso te haces presente y en el susurro de la brisa me dices: “ánimo, no temas, sigue adelante, solo no estás, lo lograrás”.

En el momento que estoy por desfallecer tu mano me acaricia, tu abrazo me conforta, tu mirada me sostiene, tu presencia suave me besa. Renuevo las fuerzas de seguir adelante.

En las tardes solitarias, cuando oteo el horizonte perdiéndome en él, ahí te encuentro, en el variopinto atardecer, en el salitre del mar, en el continuo canto de las olas o en el vuelo de una gaviota solitaria.

La luna me habla de ti al igual que las estrellas, los luceros también. Me abren senderos en medio de la vía láctea. Nada tan hermoso que contemplarte, amarte en el silencio del plácido  y elegante anochecer.

Eres mi más preciado tesoro, mi inconfesable secreto, ese amor prohibido que enciende todos mis sentidos mientras arden mis entrañas. 

Quizás algún día escriba sobre ti, sobre nosotros dos. Inmortalizar tu presencia y gritar a los cuatro vientos que te amé, que me amaste como nadie jamás amó.

Sigo mi vivir diario, enfrento los delirios de un existir intenso, me pierdo en el vil cotidiano, pero en las pequeñas pausas que me concedo ahí estas presente: un café, una copa de vino, en un amanecer, un libro, un paseo solitario, el plasmas placentero de esta letras, tus letras.

A ti mis mejores deseos, a ti mi vida entera, a ti el dolor profundo de la eterna ausencia….amor