Una luz en la nada,
sin orillas profundas,
la piel cansada,
el árbol sin hojas
que se despide de todos,
la tarde en el alma
los pasos que se apagan.
No hay cielos azules,
ni luna brillante,
una oscuridad que se extiende,
la piedra que gira,
eso es todo,
el suelo amarillo,
una mosca se detiene,
mi gato entra,
él y yo,
y llega la noche.