Hoy estoy aquí sentada a la mesa
sin saber siquiera lo que escribir
un poco cansada mirando el cielo gris
a través del cristal de la ventana
mientras me bebo un baso de leche
y busco el calor de tu alma
parece que va a llover
y escucho tus pisadas
en el piso de terrazo
mañanas de otoño ya casi frías
la nostalgía lo embárga todo
y el patio se llena de gorriones
que buscan el pan de la vida
las adélfas parecen que respiran
y ya he recortado los geráneos
la higuéra ha terminado su cosecha
en este caluroso verano
pronto se encenderá el brasero
y se juntaran las manos
debajo de las enagüillas
ahora es cuando la nostalgia nos aflige
entre los grises nublados que caminan
esperando las primeras gotas de agua
y ese olor de tierra mojada
que perfuma el ambiente
y te deja pensativa
tiemblan los pensamientos
entre las hojas secas que empiezan a caer
a lo lejos se ve la sierra
coronada por nubes blancas
y el labrador ya prepara la tierra
para sembrar sus semillas
y sentada en la vieja camilla
he empezado a escribir estas cosíllas
que en realidad no valen nada
solo son reflejos que guarda el alma
y que se duermen en la mente
en la monotonía de la mañana
quisiera acordarme de tantas cosas
que parece que cae una lágrima
y echa un borrón en la persiana
y se empaña la mirada ausente
mirando de frente sin ver nada
luego en la tarde soñolienta
pasearemos por el parque
entre las rosas desojádas
viendo como el aliento
va haciendo nubes doradas
el viejo banco de hierro
espera cansado y casi durmiendo
y la espesa niebla va barriendo
del corazón las palabras
esas tardes de otoño - invierno
cuando humea en la mesa el café
esos días que cuesta salir de casa
pero que tienen vida propia
por que dan un abrazo al alma
y inspiran a la pluma a escribir
aunque nos falten palabras
hoy invandída por la nostalgia
sentada a la mesa
sin saber lo que escribir
un poco cansada mirando el cielo gris
a través del cristal de la ventana...
Desde ella veo el jardín...